En mi corta experiencia como profesora de español he sentido muy rápido el contacto con los estudiantes, he creado un vínculo muy especial con ellos y me he sentido muy bien acogida entre mis compañeros de trabajo.
Ahora me acuerdo de mi primera clase aquí y me río, no sabía qué hacer y creía que ni iba a ser capaz de hacerlo, pero pasó la primera hora y se fueron todos los nervios. Y creo que me ha ido mejor día a día, me encuentro más motivada y con más ganas de enseñar. Intuyo que los alumnos que he tenido en este corto tiempo se han encontrado bien conmigo.
En lo que se refiere a los problemas, en mis clases han surgido los típicos: preguntas fuera de contexto, problemas de articulación de fonemas, etc... Me parece muy gratificante la evolución de mis alumnos, cómo han ido aprendiendo poco a poco español que es lo que te hace regresar a casa con una sonrisa en los labios y con la sensación del deber cumplido.
María José Gómez
Experiencia de clase
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