Dele que dele

La foto que acompaña al texto muestra al orgulloso tribunal DELE del centro examinador FEDELE Cádiz en un receso de su labor evaluadora y tomando un café en la plaza de Mina. Aunque el tribunal es de nueva creación (esta ha sido sólo la segunda convocatoria), la experiencia ha sido hasta ahora muy buena, sobre todo porque nos permite a los profesores ver la otra cara de la evaluación en ELE y así hacerse cargo de que además de la puramente pedagógica o formativa, debemos estar listos para la calificativa, cosa que no siempre resulta fácil. Los docentes de español acostumbramos a evaluar a nuestros alumnos para adaptar nuestras estrategias de enseñanza o para monitorizar el grado de dificultad y adecuación de los materiales que empleamos en el aula, pero rara vez tenemos que examinar o calificar para que el estudiante obtenga un reconocimiento oficial, al contrario de lo que es habitual en la enseñanza reglada. El riesgo está, lógicamente, en la subjetividad del examinador. Confío en que en nuestro caso no nos hayamos dejado llevar por prejuicios o ideas fijas. En cualquier caso, nos vemos, de nuevo, en noviembre.

2 comentarios:

Leonor Quintana dijo...

Tu reflexión es muy acertada. Realmente hay que realizar un gran esfuerzo para ser lo más ecuánimes posible!

En Grecia, con tantos candidatos, es una labor titánica. Puedes comparar la dimensiones viendo la foto del tribunal examinador para la convocatoria de mayo de 2005 que se publicó en El blog de ASPE!!!

Francisco Herrera dijo...

Qué barbaridad. Lo de Grecia es realmente curioso. Yo creo que en ningún centro de España se presenta tanta gente, por lo menos, y eso es seguro, en ninguno de nuestra Federación.