No voy a contar nada nuevo si digo que los años nos van haciendo más maniáticos, como profesores y como personas, claro. Yo tengo un prejuicio, que se va haciendo más grave con el paso del tiempo, sobre el uso de textos literarios o periodísticos en la clase de español.
Sobre los primeros, creo que la causa de mi malestar está en que me gusta demasiado la literatura como para verla caer en un uso tan descabellado (¿qué tiene que ver un artefacto novelesco como Madame Bovary con el francés que voy a utilizar para comprar un billete de metro?). Creo que los profesores nos empeñamos tontamente en llevar al aula el material que nos gusta, no el que necesitamos para reproducir y promover verdaderos actos comunicativos. Y esto se aplica igualmente al criterio con el que ponemos canciones y películas.
Cuando me encuentro en algún libro de texto con una de esas columnas de opinión de las que sobrepueblan los periódicos, los prejuicios se me disparan hasta alcanzar niveles peligrosos para mi propia salud. Esa Rosa Montero, ese Juan José Millás, esa Maruja Torres, que repiten su tonta cantinela día tras día me producen picazón, lagrimeo y zumbido de oídos. ¿Se trata de una idea preconcebida? Pues, sí, pero es inevitable. Para muesta, un botón. El señor Vicente Verdú, ejemplo de manual de esta ortopedia periodística, se carga de un plumazo todo el esfuerzo de la web 2.0 (y se queda tan pancho):
La información digital es ya tres millones de veces superior a la que procede de los libros y unas dos terceras partes de ella nacen no de profesionales sino de amateurs, no de profesores sino del público mismo en una suerte de participación espontánea a la manera de Barrio Sésamo.
No voy a entrar a discutir semejante majadería, que sólo sirve para desprestigiar el trabajo del profesional repelente niño Vicente.
Prohibamos la literatura y el periodismo (para enseñar español)
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10 comentarios:
Aunque no he leído el artículo que mencionas, es una verdadera aberración comparar la revolución comunicativa e informativa que está suponiendo la Web 2.0 con "Barrio Sésamo"!
Disiento, por otra parte, de tu opinión en lo que se refiere al uso de la literatura y el periodismo en las clases de L2.
Comunicativos no son sólo los actos de lengua puntuales para cubrir necesidades básicas... Poder llegar a otros niveles de lengua que nos permitan expresar ideas, sentimientos, fantasías e incluso nuestra propia cosmoteoría no está en absoluto reñido con la comunicación!!!
Saludos cordiales.
Me molestó tanto el tono prepotente del articulito de marras que no le puse el enlace. Pero está en la edición digital de El País en la edición del 8 de marzo.
Como ya he dicho, lo de la literatura y el periodismo en los libros de ELE es una manía personal (y espero que intransferible), como hay personas que no soportan un color o una textura. El problema es que, para esto en concreto, no hay tratamiento médico.
El tono prepotente al respecto es habitual entre los columnistas de El País que citas. Y especialmente en "El País Semanal" los despropósitos son continuos. Será por lo de ser domingo. Tenía por ahí recogidas no menos de 10 citas del estilo de la de Verdú, pero no las encuentro (de El País Semanal de las última semanas, que están desatados)
Ahora que estoy dando algunas clases de conversación me doy cuenta de que la dinámica "lectura de artículo de actualidad - comentario en clase" está muy enraizada en el entorno (aunque no se sepa muy bien qué se pretende. "Hablar", dicen). Y le estoy dedicando batante esfuerzo a cambiar la dinámica de clase. Con todo, esa expectativa hay que cubrirla, es muy fuerte.
Hola, Francisco:
Quiero decirte que no comparto contigo la misma opinión sobre el no uso de la literatura y el periodismo y que todo debe estar supeditado al acto comunicativo. Respeto tus creencias, pero de cualquier forma, me parece que es más un problema de perspectiva y de contexto que de otra cosa.
Paso a explicarlo. Por lo menos en la actualidad, enseñas en España a personas que viajan para allá para vivir la lengua y la cultura in situ, ¿verdad?
El caso de los que enseñan y aprenden en países donde no se habla el español (o sea E/LE), es bien diferente con respecto a las necesidades, sobre todo en las situaciones de enseñanza en contextos escolares (de forma reglada).
Por lo menos en nuestro caso, en Brasil, casi que me atrevo a asegurar que existe una correlación bastante estrecha entre adquisición de un nivel de fluencia aceptable y la exposición a suficientes insumos de lengua, que con mucha frecuencia provienen del aprendizaje extensivo por medio de un contacto frecuente y estrecho con la literatura en nuestra lengua y/o las noticias de periódicos virtuales.
Sé que estas opiniones no pueden ser absolutizadas, y que podemos matizarlas, porque en el fondo es lógico pensar que un tipo de literatura o periodismo puede ser más adecuado que otros, pero independientemente de eso, puede haber una tensión entre lo que querramos darle a los alumnos, o lo que ellos quieran leer. Creo que no siempre esa relación es muy transparente o feliz y pienso que, al final, lo que ellos quieran leer o les parezca interesante puede ser más importante. Nosotros aconsejamos y sugerimos, pero ellos son los que lo ponen en práctica. Si quieren leer a Harry Potter bienvenido sea.
Aunque no esté totalmente relacionado con el tema tratado en el comentario mío anterior, me gustaría colocar um addendum al mismo.
Se trata del excelente artículo de Ángela Gracia "La lectura - una destreza imprescindible para la adquisición de Español como lengua extranjera", aparecido en el último número de la revista electrónica de la complutense "Didáctica (Lengua y Literatura)" www.ucm.es/BUCM/revistas/edu/11300531/articulos/DIDA0606110147A.PDF
Saludos,
Gonzalo
HOla, Gonzalo: como dije en el post, lo mío es algo personal lógicamente no contra el uso de input escrito para los alumnos (estén o no en un país de habla hispana) sino contra el ¿criterio? que usan los creadores de materiales didácticos y muchos profesores a la hora de seleccionar esos textos.
Yo tengo la impresión de que se incluye a un autor porque nos gusta o nos cae simpático y después buscamos la excusa para meterlo con calzador. Pero casi siempre el resultado es que el texto de marras no le dice nada al alumno y no es en absoluto significativo para su aprendizaje.
Un ejemplo: en cierto libro se propone un texto de... ¡¡¡El Jueves!!! lleno de metáforas, chistes privados, ironías retorcidas y que pragmáticamente es absolutamente inadecuado no sólo para el nivel del alumno sino incluso para nativos de otros países o que sencillamente no estén al día en el tema que trata. ¿Por qué se seleccionó este texto? Muy probablemente porque le hizo gracia al responsable.
Un texto de humor que se convierte en un dolor de cabeza es a mi modo de ver un texto fallido (y una frustración para toda la clase).
Y como este, cientos de casos...
Concuerdo en lo que dices en el último comentario. ¡Ya sabía que era un problema de comprensión!
Una cosa es conversar sobre estos asuntos personalmente y otra cosa es mediados por la palabra escrita.
Gracias.
Creo que mi crítica al uso de este material tuvo un tono ligeramente exagerado, pero es que la idea era llamar la atención sobre el problema.
Gracias, Gonzalo, a ti, por leer este blog.
Hola Francisco:
Hace tiempo que quería contestar a este comentario tuyo que, como bien dices, responde a un prejuicio por tu parte. Me gustaría, si no ves inconveniente, darte mi punto de vista.
Al leer tu mensaje no he podido evitar sonreír porque, hasta hace bien poco, pensaba como tú. Hoy me he dado cuenta de que estaba en un error.
Trabajo en Francia como profesor de español en un lycée; la enseñanza del español ha sido hasta hace bien poco la instrucción en la lengua de comentario (de textos literarios y, en menor medida, periodísticos). Aún hoy en día seguimos trabajando textos auténticos de autor y se sgue haciendo un poco de "comentario de texto" pero ahora entiendo el porqué. El acto de comunicación entre lector y texto es muy fructífero.
Quisieras que leyeras, si tienes un poco de tiempo, los siguientes mensajes publicados en el foro del cvc. El objetivo sería reflexionar sobre la importancia del texto (ya fuere literario o periodístico):
http://cvc.cervantes.es/foros/leer_asunto1.asp?vCodigo=21429
http://cvc.cervantes.es/foros/leer1.asp?vId=79004
No es nada fácil educar al ciudadano de mañana; esta es una de las labores discentes de la enseñanza secundaria; para que nuestro alumno sea autónomo hay que darle las herramientas necesarias.
El papel y la imprenta han puesto límites a la elaboración mental de nuestros mensajes (a la transmisión de la información), y nos han limitado tanto que nuestra visión del mundo depende ineluctablemente del papel.
Me gustaría asimismo que le echaras un vistazo a esta conferencia de Claire Beslile, ingénieur de recherche en LIRE - CNRS Université de Lyon 2 aquí en Francia. Esta conferencia tuvo lugar en el ESEN (Ecole Supérieure de l'Education Nationale) en agosto del año pasado. Está en francés (espero que no sea un problema) pero nos permite reflexionar sobre las implicaciones en nuestro futuro próximo de las herramientas numéricas. Seguro que te va a interesar.
http://www.esen.education.fr/esentv/evenement/univ_ete06/synthese_travaux.asx
Me gustaría citarte una frase que me dijo en su día Elena Verdía: en pedagogía, el fin justifica los medios utilizados.
Un cordial saludo desde Poitiers (Francia) y gracias por tu blog, sinceramente.
Chema.
Aunque respeto la diversidad de opiniones, desde mi punto de vista, pienso que tanto la enseñanza de la lengua oficial como las lenguas originarias de cada país , como por ejemplo: Venezuela, Brasil, Bolivia, Uruguay, Paraguay... está y estarà siempre estrechamente vinculada con la producciòn escrita de cada nación, en todos sus géneros. La literatura es manifestación viva de los pueblos desde sus orígenes, de la cultura, la historia, el imaginario colectivo e individual; además de la fantasía y el espíritu humano. Y es en definitiva una referencia fiel e inmediata dentro de la enseñanza de la lengua. Igualmente debo decir que recrear y dar a conocer el manejo y la producciòn del texto periodístico es igualmente esencial, es inherente a todas las situaciones comunicativas y manifestaciones del lenguaje vinculadas a la enseñanza de la lengua oficial e idiomas originarios. El estudiante debe ser formado como un ser competente y consciente de sus capacidades lingúísticas y extralingúísticas; y esto abarca todos los aspectos de la lengua: gramatical, morfosintáctico, funcional, estético y literario, reflexivo y metalingúístico.
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