Y otra vez, los pasados en español

Cada lengua tiene su particularidad, cada idioma se caracteriza por algo que lo diferencia de los demás. ¿Cuál es el punto especial del español? Para algunos lo que define la diferencia en esta lengua es el subjuntivo, para otros la pareja ser/estar. Pero todo el mundo está de acuerdo en que uno de los asuntos más conflictivos en la lengua española es el sistema de los pasados. Intentaremos, en este espacio tan reducido, dar algunas pistas para evitar este peligro.

La primera pregunta que se hace el estudiante de español es por qué existen tantas formas de pasado en este idioma. La respuesta es sencilla: porque el castellano es hijo del latín y éste ya contaba con un sistema de pasadas muy complejo. Como diría Asterix: están locos estos romanos. El caso es que en el español actual usamos todavía cuatro formas de pasados (pretéritos como se llaman de forma técnica gramatical) sin contar uno que ya no usamos (el pretérito anterior) y los tres del subjuntivo. Tranquilos. No es tan grave. Vamos a verlos uno a uno.

El primero que vamos a repasar es el que llamamos pretérito perfecto y es un compuesto del verbo haber y del participio (he comido, he hablado). Esta forma se usa siempre cuando hablamos de una acción que ha pasado en un tiempo cercano al presente. El periodo temporal es el mismo en el que estamos ahora pero ya ha quedado atrás. Por ejemplo, esta mañana he escrito este artículo o esta semana he cogido un buen resfriado. El momento actual está relacionado con el momento pasado.

La segunda estructura que vamos a ver es la que llamamos pretérito indefinido. Esta es una forma simple (entré, bebí) pero con muchos irregulares (estuve, fui, dije...). La diferencia con la anterior es que siempre hace referencia a un punto del pasado con el que ya no tenemos una relación temporal. Ese pasado está cerrado: Ayer cené con Alfredo o la semana pasada estrellé mi coche contra una pared. La característica más importante de esta forma del pasado es que debe indicar unos límites concretos (por eso se llama indefinido, porque necesita la definición de su periodo temporal).

La tercera forma es la que se conoce como pretérito imperfecto y es la más regular de todas (amaba, comía). La característica esencial de este tiempo es que nos habla de un proceso en el pasado. Por eso decimos que tiene un carácter lineal y abierto: Cada día sacaba a pasear a su perro o la casa estaba pintada de blanco. Usamos el pretérito imperfecto para hablar de un costumbre o de una descripción en el pasado.

La última estructura que vamos a ver es la del pretérito pluscuamperfecto. Su forma también está compuesta por el verbo haber, en imperfecto, y el participio (había escuchado). Esta tiene un manejo bastante fácil porque siempre la usamos para hablar de un pasado con respecto a otro pasado: cuando llegué, él ya se había marchado.

Como podéis ver el pasado en español es un puzzle: complicado pero en el que todas las piezas encajan de forma lógica.

Francisco Herrera

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, soy estudiante de español (nível A2) y creo que lo más difícil en español es diferenciar los dos pasados: pretérito perfecto y indefinido. Por ejemplo: debe decirse "Entonces le escribí una carta..." o "Entonces le he escrito una carta..."?
Muchas gracias, me gusta mucho vuestro blog
Luísa